Durante mucho tiempo, los argentinos hablaban como Nini Marshall, o mejor, empleaban sus palabras y los giros lexicos de sus locuaces personajes para dejar en claro y sintetizar una situacion. Siempre habia cerca una Catita o alguien que era un tarupido. Y no se necesitaba mas. Nini y el pueblo participaban de un codigo que se compartia socialmente. Nadie pudo doblegar esta voluntad popular de aduenarse de lo mas caro en la creacion de Nini: el habla de los caracteres que habia fatigado en contacto con los inmigrantes y con sus hijos o con quienes llegaban desde el interior o guardaban aun restos de las rancias raices patricias. Nini no fue solo una voz en el dial, la mas querida, por anos. Nini les puso cuerpo a los personajes y se vieron sus diferencias en el andar, en la ropa, en el expresarse con las manos, segun se tratase de Catita o de Candida. Quiza diga chas graaaacias, a duo con aquella chirusa inocente pero presuntuosa que se llamaba Catita y que tambien es nuestra, vio? Это и многое другое вы найдете в книге Humus (Maria Del Carril)